GUAYAQUIL

La sala de una humilde casa mixta, ubicada en las calles 25 y Ángel Medardo Silva, funciona como oficina de lo que hoy en día es la Fundación para el desarrollo microempresarial ‘Justicia Social´.

Marcos Valencia Angulo, un hombre de 61 años, es el director del establecimiento desde hace 15 años. Desde ahí- lejos de la opulencia- Valencia ha luchado contra ´viento y marea´ para cristalizar los sueños de quienes sufren precariedad e injusticia social.

Desde un escritorio, adornado por un pequeño trofeo, que devela el deporte como disciplina, Valencia nos cuenta de todo lo que ha tenido que bregar para que este proyecto se mantenga durante más de una década.

“Todo surgió después de palpar las necesidades de los niños especialmente de quienes sufren una discapacidad. Me preocupaba ver que no tenían un pan, un techo. Este proyecto lo iniciamos con tres personas, y hoy en día, somos dos que nos hemos mantenido para llevar a como dé lugar esperanza a quienes más lo necesitan”, señala.

Confiesa que todos los proyectos, entre estos, talleres de manualidades, belleza, escuela de fútbol, emprendimientos, entre otros, le ha tocado solventar de su propio bolsillo y con la colaboración de voluntarios, pues se considera un misionero que toda su vida ha estado al frente de la ayuda y del compromiso social. Él lamenta el poco o nulo interés de las autoridades gubernamentales y seccionales para estas fundaciones. Conoce de unas diez fundaciones que están en la misma situación.

“Esta fundación es ´chira´, pero gracias contamos con personas de gran corazón”, señala Valencia, al tiempo de recalcar que también han existido personas “perversas” que se han aprovechado de la situación.

Esperanza

Para Valencia toda lucha tiene su resultado. Al programa ha ingresado la ayuda internacional. Sus ojos se iluminan al mencionar que ahora podrá beneficiar con proyectos de vivienda y alimentos a más de 5mil personas.

“Nuestra misión además es crear albergues para poder rescatar a adolescentes que viven en las calles atrapados en el alcohol y la droga, además reabrir los talleres de emprendimiento que fueron cerrados por la pandemia y sacar adelante la escuela de fútbol”, enfatiza.

Su sueño es que la fundación crezca y para aquello también espera el aporte de las autoridades nacionales. El proyecto de entrega de alimentos iniciará fines de este mes. Posteriormente, se iniciará con el de viviendas. (JCL)

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