El fallecimiento de Adriana Salvatore enluta a la natación ecuatoriana.
Redacción Deportes
Gabriel Caicedo Antepara, Especial
La ví por primera vez, en la Academia Thoret en 1988 (Rosa Borja de Icaza y El Oro), con su sonrisa amplia que iluminaba tanto como las medallas que la ví ganar en las piletas del país, y fuera.
Laboraba en Revista Estadio y me asignaron como fuente la natación, por eso iba a las academias, y torneos de ese deporte, pero pasaba con frecuencia por la academia del inolvidable Gastón Thoret (+) pues era la base de la selección del Ecuador y había que entrevistar a los mejores.
Adriana Salvatore, era fácil de tratar, muy carismatica, y siempre estaba acompañada de su mamá (+) Manola Armendáriz de Salvatore, pese a un problema médico en su caminar, no impedía que subiera a las gradas para ver cada entrenamiento y competencia de su hija, sea donde fuere que ella compitiera.
En mis tiempos de cobertura, debió ser la nadadora que más veces salió en Estadio, es que aparte de ganar campeonatos era bella y ganaba con frecuencia, la recuerdo como ayer con su bandeja de lasagna tocando el timbre de mi casa, mientras Manola la esperaba en el auto: “Gabrielito, te manda mi mami a regalar”, yo salía a agradecerle y me acercaba a saludar a su progenitora.
Nos tocó viajar varias veces a nivel nacional y en varios sudamericanos, donde brillaban; Adriana Salvatore, Alexandra Nieto, Priscilla Madero, Diana Quintana (+), Hans Palacios, Christian Peragallo, y muchos otros grandes de la época .
Me enteré hace pocas horas que partió al cielo, después de una gran batalla que le dio al cáncer desde hace varios años. Fue a buscar las brazadas al cielo, donde se rencontrará con su mamá Manola, su papá Nino, su entrenador Gastón Thoret, y algunos deportistas que partieron antes de tiempo.
Mis condolencias a su esposo Juan Alfredo Negrete y a sus hijos; Adriana, Samuel, Nino y Luciana. Paz en su tumba. (D)