Redacción Quito
El secretario General de Comunicación, Eduardo Bonilla, expuso ante la Comisión de Relaciones Internacionales y Movilidad Humana de la Asamblea Nacional los principios del Proyecto de Ley de Libre Expresión y Comunicación, impulsada por el presidente Guillermo Lasso, con el propósito de anular la persecución que se vivió en épocas anteriores e instaurar bases sólidas de libertad de expresión.
Dijo que esta Ley se ajusta a recomendaciones internacionales como las de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Con esta normativa la ciudadanía recupera su rol de demandantes de contenido de calidad, e incluso se convierten en fiscalizadores de la prensa: “Cualquier ciudadano con un teléfono con Internet en sus manos puede escribir y levantar la voz y generar una tendencia, un movimiento”.
Afirmó que, como prueba de esto, se encuentra el precedente del programa La Posta y su salida del canal TC Televisión, producto de la autorregulación: “La semana pasada el pueblo levantó la voz y ejerció presión, a tal punto, que la gerencia puede sentirse derrotada pero los ciudadanos saben que aquí ha triunfado la ley de expresión”.
Esta propuesta normativa apunta a que, a futuro, en el Ecuador del Encuentro la ciudadanía tenga más participación y decisión, irrumpiendo con lo vivido años atrás, en los que la regulación de un solo órgano se convirtió en un mecanismo de persecución: “esta Ley reconoce la capacidad de los ciudadanos de juzgar lo oportuno y lo veraz, en contraste a tener un órgano de control regido por un político, estableciendo qué es verdad o no”.
Además, insistió en la importancia de contar con diversidad de medios de comunicación, pues esto garantiza la pluralidad de voces y opiniones y permite enriquecer el escenario periodístico y la disponibilidad de contenidos para que la ciudadanía compare y contraste fuentes. “La alternativa sería solo tener una versión oficial y no puede suceder que una forma de pensar esté impuesta desde el Gobierno”.
En su intervención, Bonilla enfatizó en que: “la libertad no es sinónimo de libertinaje, y va consigo una responsabilidad». Por lo que, el Proyecto de Ley de Libre Expresión y Comunicación se sustenta en el código de ética del periodista para promover información libre; difundir contenido veraz, sin censura previa y responsable; al tiempo que legítima el derecho a opinar con libertad y fortalece la participación ciudadana. «los códigos de ética y la autorregulación periodística es apelar a periodistas y ciudadanos a que asuman la responsabilidad de sus actos”.
Sobre este tema también destacó el derecho que tendrán los profesionales de la comunicación a proteger sus fuentes; con ello primará el derecho a la comunicación plural. Y detalló que se mantienen las vías legales, civiles no penales, para cualquier reclamo o demanda a medios: la persona que abuse de su libertad de expresión lesionando el honor de otros responderá civilmente.
Bonilla concluyó su intervención afirmando: “Este gobierno ha hecho algo histórico: en lugar de mantener los órganos de regulación de la ley anterior, les devuelve el poder a ustedes, los ciudadanos”. (I)